
«El problema de la procedencia de los valores morales es para mí un problema de 𝑝𝑟𝑖𝑚𝑒𝑟 𝑟𝑎𝑛𝑔𝑜, porque condiciona el futuro de la humanidad. La exigencia de que se debe 𝑐𝑟𝑒𝑒𝑟 que en el fondo todo se encuentra en las mejores manos, que un libro, la Biblia, proporciona una tranquilidad definitiva acerca del gobierno y la sabiduría divinos en el destino de la humanidad, esa exigencia representa, retraducida a la realidad, la voluntad de no dejar aparecer la verdad sobre el lamentable contrapolo de esto, a saber, que la humanidad ha estado hasta ahora en las 𝑝𝑒𝑜𝑟𝑒𝑠 manos, que ha sido gobernada por los fracasados, por los astutos vengativos, los llamados «santos», esos calumniadores del mundo y violadores del hombre. El signo decisivo en que se revela que el sacerdote (incluidos los sacerdotes 𝑒𝑛𝑚𝑎𝑠𝑐𝑎𝑟𝑎𝑑𝑜𝑠, los filósofos) se ha enseñoreado de todo, y no sólo de una determinada comunidad religiosa, el signo en que se revela que la moral de la 𝑑𝑒́𝑐𝑎𝑑𝑒𝑛𝑐𝑒, la voluntad de final, se considera como moral en 𝑠𝑖́, es el valor incondicional que en todas partes se concede a lo no-egoísta y la enemistad que en todas partes se dispensa a lo egoísta.
[...] El fisiólogo exige la 𝑎𝑚𝑝𝑢𝑡𝑎𝑐𝑖𝑜́𝑛 de la parte degenerada, niega toda solidaridad con lo degenerado, está completamente lejos de sentir compasión por ello. Pero el sacerdote 𝑞𝑢𝑖𝑒𝑟𝑒 precisamente la degeneración del todo, de la humanidad: por ello 𝑐𝑜𝑛𝑠𝑒𝑟𝑣𝑎 lo degenerado - a ese precio domina él a la humanidad... ¿Qué sentido tienen aquellos conceptos-mentiras, los conceptos 𝑎𝑢𝑥𝑖𝑙𝑖𝑎𝑟𝑒𝑠 de la moral, «alma», «espíritu», «voluntad libre», «Dios», sino el de arruinar fisiológicamente a la humanidad?... Cuando se deja de tomar en serio la autoconservación, el aumento de fuerzas del cuerpo, 𝑒𝑠 𝑑𝑒𝑐𝑖𝑟, 𝑑𝑒 𝑙𝑎 𝑣𝑖𝑑𝑎, cuando de la anemia se hace un ideal, y del desprecio del cuerpo «la salud del alma», ¿qué es esto más que una 𝑟𝑒𝑐𝑒𝑡𝑎 para la 𝑑𝑒́𝑐𝑎𝑑𝑒𝑛𝑐𝑒? - La pérdida del centro de gravedad, la resistencia contra los instintos naturales, en una palabra, el «desinterés» - a esto se ha llamado hasta ahora 𝑚𝑜𝑟𝑎𝑙... Con 𝐴𝑢𝑟𝑜𝑟𝑎 yo fui el primero en entablar la lucha contra la moral de la renuncia a sí mismo».
Nietzsche. F. (𝟐𝟎𝟎𝟓). 𝐸𝑐𝑐𝑒 𝐻𝑜𝑚𝑜. Aurora. Alianza.