Space Explorer

Quiero compartirles dos experiencias muy gratificantes para nosotros como equipo Space Explorer.

Para nadie es un secreto que nuestra institución es inclusiva, y atendemos niños y niñas con algunos diagnósticos clínicos que requieren un poco más de trabajo, capacitación y cuidado...

Dios ha sido bueno, y para mí como directora, dueña, madre, profesional, es un gran incentido y un reto nuevo cada día, sé que sin el personal que nos acompaña todos los días el trabajo no sería posible. Porque cada una asume el reto cada mañana, gracias: Raquel, Angie, Angélica, Alania, Stephanie, Melissa, Britanny H, Britanny Z, Andrey, Evelyn (TL), Julianna, Jazmín y doña Damaris, su trabajo y amor es visto en silencio todos los días.

Ahora, voy a compartir un pequeño video, para explicarlo. Deberé introducir una historia real dentro de las aulas de Space Explorer.

Sabemos que existe una normalidad, que es relativa y que depende de la óptica y de la historia de vida de cada individuo, sin embargo, los neurotípicos, creemos que el entorno es igual para todos, pero, para los niñ@s con capacidades diferentes, el entorno muchas veces se torna hostil y hasta amenazante.

Trabajar con niñ@s con TEA, síndrome Down, TDHA, niñ@s que requieren ser atendidos y comprendidos cada día y en cada momento... Muchas veces es agotador, otras es frustrante y otras más desgastante, pero nuestra visión y apoyo de las familias nos impulsa a seguir trabajando por todos sin excepción...

Los chicos de tres años tienen su grupo conformado y ellos ya están acostumbrados a rutinas, además que en ésta edad ellos son muy sensibles a la necesidad de los demás y les encanta trabajar en equipo. Más no por ésto, dejan de lado, el ser individuos con límites y gustos que no dejan de caracterizarlos.

Es muy difícil tratar de explicar lo que precencié, días atrás y que es la causa de éste mensaje. Éste grupo de párvulos con la corta edad que tienen me han dado la mejor lección que en mucho tiempo pude recibir. (Recalco qué, acostumbrados a rutinas y a respetar el espacio del otro). Cuando un pequeñito, de su misma edad llegó al aula, tomó todas las plasticinas, las revolvió todas, se perpetró en el espacio controlado de su aula y sus pertenencias y creó un "caos", ellos demostraron tener la madurez emocional (para a su corta edad, 3 años) de manejar la situación, a la altura de un conciliador capacitado, verlos reaccionar: sin pleitos, sin enojos, sin empujones, sin gritos, y con una tranquilidad de monjes Tibetanos, me hizo pensar que el trabajo se está haciendo bien, que los niñ@s, son tan inteligentes que muchas veces subestimamos la capacidad socio-emocional que ellos, en esos cuerpitos tan pequeños, y en esas cabecitas tan creativas y soñadoras tienen el poder de cambiar el mundo con acciones tan insignificantes, qué para un niño con TEA, significan ser aceptado, decirle yo estoy contigo, te acepto como eres y me enseñas a ser mejor persona.
Ayer volví a sentir mi pecho gigante al ver ésta escena y poder imaginar todo lo que se mueve en el ambiente y en el entorno para que niñ@s neurotípicos, miren a los demás cómo iguales, sin etiquetas ni estigmas que dañan para la vida.

Papitos sientanse orgullosos de sus hijos, el trabajo que están haciendo está funcionando y gracias por dejar que sus hijos e hijas experimenten sin problema las diferencias con las que nacemos y que los hacen especiales a ellos y a nosotros, porque somos una guardería diferente a las demás, marcamos sus corazones, pero eso no sería posible sin ustedes y sin la Gracia de Dios.